Colombia

1ero Mayo 2018 ¡Desde el Sur y con la Gente! (Videopasquín)

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Videopasquín de la movilización en el sur de la ciudad de Bogotá en la conmemoración de la clase trabajadora. (2018)

 

Arte Anarquismo y Vargas Vila

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Vargassub

Ninguna época mejor para los jóvenes que ahora

buscan orientarse por los áridos senderos del Arte y

la Literatura, que la época actual, anárquica y desorbitada,

carente de toda norma, y lo que es doloroso decir, carente

de todo ideal…, época apta para construir sobre las ruinas.

Vargas Vila1

En el presente texto haremos una breve aproximación a algunos elementos de la vida y obra del literato José María Vargas Vila en conexión con los debates sobre el papel del arte desde múltiples postulados libertarios. Nuestra intención con esta producción radica a manera de ejercicio crítico y autocrítico en el que evidenciamos que hasta hace muy poco tiempo se le abre un espacio al arte como legitima expresión revolucionaria independientemente de la corriente política de la que se esté hablando, lo anterior, en el marco del activismo y la izquierda en general que de manera amplia, ha convertido las manifestaciones artísticas en vulgares piezas publicitarias. Lo anterior, debe ser entendido desde una óptica mucho más amplia que busca acercarse a diversos lugares de enunciación para reconstruir en esta oportunidad -aunque sea de manera bastante parcial y sesgada- la historia del anarquismo en Colombia de la manera más profunda posible, lo cual a la postre invita a emular dichas aproximaciones a diferentes expresiones de la vida social como lo son el sindicalismo, las luchas estudiantiles, los movimientos indígenas, y en este caso, el arte. Hechas estas aclaraciones entramos en materia.

I.Las conexiones del anarquismo con el arte:

Sin lugar a dudas no han sido pocos los esfuerzos que desde las trincheras del anarquismo se han desplegado para asumir las cuestiones concernientes al arte, por ende, más allá de los clásicos pero aún recurrentes estereotipos del anarquista tira bombas o el anaquel del obrerista decimonónico, lo cierto es que anarquistas de las más diversas corrientes han logrado desarrollar durante décadas una especial sensibilidad por el arte que aunque resulta imposible dar cuenta de ello de manera homogénea, revisten de vigente importancia en tiempos en los que la instrumentalización se posiciona como el canon de vida de las sociedades contemporáneas. En ese sentido, no nos alcanzan las letras y las paginas para acercanos a este variopinto crisol de expresiones, así pues, lo que intentaremos modestamente en las siguientes líneas será una aproximación a algunos de los más sonados referentes del anarquismo junto con ciertos elementos que de manera matizada podríamos denotar como transversales sobre la materia artística.

En primer lugar, habría que señalar que el arte en el anarquismo ha tendido claramente a mostrar una naturaleza antiautoritaria independientemente de la corriente de la que se haga mención, ya que tanto unas como otras, no han escatimado esfuerzos en oponerse a todas aquellas figuras que bajo la lógica de la especialidad despojan a las mayorías de su capacidad creadora, cuestión que a la larga, se traduce en el rechazo algran artistao algran escenariocomo parafraseando aludimos a lo argumentado por André Reszler2 quien destacará que en pensadores como Proudhon este posicionamiento se materializa en la prioridad que se le da al proceso creativo por encima de la obra puesto que es en el primero en el que la libertad fluye como acción. No obstante a pesar ello, la posición de Proudhon no se quedá en lo subjetivo del proceso, por el contrario, argumenta que lo que haría de este una expresión revolucionaria a diferencia del arte burgués sería su ligazón con las condiciones concretas de tiempo, espacio y contexto que le son propias.

Por ende, en relación al contexto del arte burgués dirá:

La sociedad se separa del arte; lo saca de la vida real; hace de él un medio de placer y de diversión, un pasatiempo, pero del cual no depende; tiene algo de superfluo, de lujo, de vanidad, de libertinaje, de ilusión, todo lo que se quiera. Pero no es ya una facultad o una función, una forma de vida, una parte integrante y esencial de la existencia.3

Para Proudhon este arte será un capricho de las élites puesto que se encuentra desprovisto de potencial revolucionario al no encontrarse anclado a la realidad de la que emana. En contraposición, la propuesta de este pensador esta dada a promulgar por un arte que en vez de ser la representación individual del sujeto, sea la manifestación de la humanidad que dispone sin diatribas de la posibilidad de crear, en ese sentido, estaría en concordancia con lo planteado por Tolstoi para quien existía un arte bueno (el del pueblo) y un arte malo (el de la minorías privilegiadas) según nos relata Reszler.4

Entre tanto, las posturas de autores como Bakunin comienzan a presentar puntos de distanciamiento con lo anteriormente expuesto, en especial, porque en materia de arte Mijail Bakunin más allá de una mirada contextual, mostró cierta inclinación por exaltar el pasado de esta facultad humana puesto que es en ella en donde se podría rastrear un estado máspuro5 del hombre contra la autoridad. En coherencia con ello, Bakunin dice no a un arte militante. Pero dice si a un arte que testimonie la parte inalienable del hombre, su derecho a la pasión y a la acción6.

Contrastante con ello, la posición de Kropotkin en cuanto el arte se muestra mucho más politizada en términos formales hasta el punto de llegar a plantear ciertas funcionalidades que tendría el arte en relación a los diversos momentos de la vida, en ese sentido, Reszler7 nos cuenta que para Kropotkin:

(en el niño), el arte es el libre ejercicio de los dones innatos, ejercicio al cual la educación priva poco a poco de su espontaneidad. Para el adolescente, represente el presentimiento de un mundo para las aventuras y descubrimientos; y después, signo de una toma de conciencia política decisiva, la evasión fuera de las restricciones sociales que lo aprisionan. En fin, para Kropotkincomprometido, el artelo imaginario- es, con la Razón revolucionaria, la base de un movimiento de rebeldía contra la opresión. Como tal, es esencialmente una práctica.8

Ante semejante perspectiva abiertamente mucho más vinculada con la lucha política este pensador argumentará que existe una relación interdependiente entre el artista y el proceso revolucionario comprendido en su basta extensión, así pues, mientras que el artista desde su oficio contribuye a difundir y legitimar su causa, la revolución asegura las condiciones para que el arte pueda manifestarse a sus anchas9. Es por ello que Kropotkin abogará por dejar de lado todas aquellas arandelas que hacen del arte algo complejo y de limitada comprensión para ser reemplazado por algo que pueda ser entendido e interpretado por todo el mundo, en especial, los sectores explotados como lo son campesinos y trabajadores10. Ejemplo claro de esto se palpa en la función que le asigna a los poetas como portavoces de sus contemporáneos de lo que podrá ser el futuro.

Después de este breve recorrido por algunas interpretaciones del arte desde el anarquismo se habrá podido dejar en evidencia puntos de cercanía y distancia, teniendo en cuenta, que para esta ocasión hemos dejado de lado los postulados emergentes del anarquismo individualista que también tiene aportes al respecto pero que por cuestión de tiempo no abordaremos en este caso. Sea como fuere, resulta acertado reconocer que el arte en el anarquismo se ha movido en clara distinción frente a las élites que impulsan sus actividades a manera de distractor para asegurar el mantenimiento de su posición parafraseando un poco a Fernando Pelloutier11, quien a su vez reconoce, que se ha logrado avanzar en condiciones que sean favorables para potenciar las actividades artísticas puesto que se ha logrado despojar en una parte el monopolio ejercido por la burguesía frente al arte creando lenguajes más universales, en esta medida y tratando de sintetizar un poco los puntos en común esbozados párrafos atrás:

Corresponde al Arte la noble tarea de hacer rebeldes. A la percepción confusa aun de la desigualdad de derechos, el arte debe aportar su ayuda y destruir, decorriendo el velo que oculta lo ridículo y lo odioso, el respeto mezclado con el temor que la multitud siente todavía por las morales inventadas por la duplicidad humana.12

II.¿Y Vargas Vila qué?:

Ahora bien, el preludio que acabamos de presentar sirve para ubicar de manera somera el lente desde el que tratamos de interpretar a Vargas Vilas, empero, es necesario iniciar este punto de la disertación señalando que al igual que el profesor Amadeo Clavijo, consideramos que José María Vargas Vila no fue un anarquista en el sentido formal de su concepción, en realidad, tuvo actitudes tendientes a ello13 aunque por momentos sean difusas las fronteras entre sus posturas y las del individualismo anarquista, en definitiva, ello no representa mayor problema ya que nuestro interés esta orientado a rescatar al literato, que consciente o no, promovió anarquicamente el antiautoritarismo.

Pero, ¿quién fue Vargas Vila?. Fue un escritor colombiano nacido alrededor de 1860 que a temprana edad sufrió la perdida de su padre teniendo que convivir con el resto de su familia en condiciones de precariedad. En su etapa adolescente, se unirá a las filas del régimen radical de aquel entonces y posteriormente ejercerá como maestro de escuela. Toma parte activa en la revolución del 1885 en Tunja uniéndose a las filas del ejercito del general Daniel Hernandez, cuando fracasa dicha revolución, se ve obligado a huir a los llanos. Será un momento de ruptura puesto que consolidará su entrega a la escritura aunque su condición de viajero se mantendrá hasta sus últimos días.

José María Vargas Vila a lo largo de su vida y obra fue un acerrimo crítico del autoritarismo y por ende descarga sin piedad sus latigazos contra diversas instituciones en especial la iglesia. A razón de ello, será objeto toda su vida de diatribas en contra de su obra igualmente viscerales como se puede constatar en las siguientes palabras que traemos a colación para corroborar lo anteriormente expuesto en relación a los señalamientos contra este literato:

¿Quién hablo de belleza literaria en obras como Flor de Fango, Ibis, Rosas de la tarde, la simiente…?. En ellas no es solamente el erotismo sensualista del naturalismo lo que se respira: allí se hace la apoteosis del pecado, la excitación a los crímenes más repugnantes a la naturaleza, allí brota como emanación pútrida el odio sistemática a la pureza de costumbres, y a la dignidad, la generosidad y a la moral racional del hombre. Y digo todavía poco, porque son tan burdos, tan desenfrenados, tan selvaticamente africanos, tan nauseabundos los engendros con que mancha páginas este degenerado escritor, que la misma indignación espontanea que siente la dignidad humana al leerlo, se trueca en la compasión que inspira un poseso o un alienado. 14

Estas palabras son tan solo una muestra de las virulentas reacciones que inspiraba Vargas Vila en una sociedad católica y conservadora como la colombiana. Para este autor, el arte debe encontrarse ligado a la época en la que aparece y sólo bajo esta clave puede ser comprendido, de allí, que al explorar los distintos géneros literarios por los que José María coquetea, siempre encontremos una clara referencia con el presente de su época sin mayores maquillajes que los de la realidad de la que fue participe. Sin embargo, su actitud no fue la de mero relator, por el contrario, buscó transgredir la moral impuesta tanto en sus contenido como en las formas de su escritura como el mismo reconoce:

Es por eso que todos los errores, y aun los horrores, hallados por el Vulgo de éticos y de clásicos, en mis libros, han sido voluntaria, deliberada y conscientemente puestos allí, no sólo para enojarlos y aun escandalizarlos por mis flagrantes violaciones a sus cánones sino para demostrarles con ellos, cuan distante estoy yo de todos esos rebaños letrados o semiletrados que pacen en las dehesas anacrónicas de la tradición.15

De igual forma, no sólo han sido críticas lo que ha recibido la obra de Vargas Vila, por el contrario, también ha contado con el reconocimiento como una gran influencia en la literatura de habla Hispana como un importante exponente del modernismo dejando a manera de legado una fecunda cantidad de producción escrita en la que logró posicionar de manera inteligente un estilo que rompe con la técnica habitual, promoviendo en sus textos además de fuertes críticas cargadas hasta de visos apocalípticos que conjugaban con sus múltiples habilidades en formatos literarios como la prosa, la poesía y el panfleto por sólo mencionar algunos. Arturo Escobar se referirá de la siguiente manera al literato calificándolo de “inconforme e iconoclasta, no solamente se estrellaba contra las tiranías americanas, sino contra el despotismo en todas sus formas: el religioso, el político y el filosófico recibieron de su pluma terribles mandobles”16.

En efecto, uno de los temas que mayor interés despertó en Vargas Vila fue la intromisión de los Estados Unidos en latinoamérica a quienes no dudo en desplegar todo su odio “anti-yankee” como se puede consagrar en su obra “ante los bárbaros” la cual aparece como lectura recomendada. Junto a este y otros posicionamientos políticos, encontramos en José María la influencia de varios escritores, muchos ligados a posturas nihilistas, existencialistas y anarquistas tales como D’Amunzio, Barrés, Zolá, Nietzsche,Mallarmé y Oscar Wilde. Con este interesante cóctel literario no es de extrañar que el trabajo de Vargas Vila suscite opiniones como las de Arturo Escobara quien señalará al respecto:

Su obra es demasiado ácida, corrosiva y punzante y su posición, más que la de un radical, fue la de un heterodoxo, que si bien renegó de todo y contra todo, al menos conservó incólume su irreductible amor por la libertad y su desabrochada independencia.17

Desde una perspectiva cercana, Amadeo Clavijo califica la obra de Vargas Vila como insumisa, hereje y con ribetes anarquicos en los que florece su espíritu modernista de la mano del decadentismo18. En definitiva, fue un literato con clara tendencia antiimperilista y antiautoritaria, no exento de controversias como su actitud pesimista o el trato otorgado a las mujeres en algunas de sus obras. Obviamente, son muchas más las cosas que se podrían llegar a debatir de la vida y obra de José María, no obstante, dejamos la tarea a todos y a todas aquellas interesadas en la rebeldía en sus diferentes manifestaciones, en este caso, con referencia a un personaje concreto como lo es Vargas Vila que como se mencionó anteriormente no es estrictamente de filiación anarquista pero con sus aportes, para mal o para bien -si es que tal juicio de valor cabe en este caso- hacen parte de lo que posibilitó el brote de las ideas libertarias en Colombia gracias a su influencia en contra de la autoridad a través de la literatura, en ese sentido, cerramos con las palabras de Fernando Pelloutier cuando invita a que:

Escritores expresad, pues, a todas horas vuestra cólera contra las iniquidades. Demoled con vuestras plumas este Poder que, sin ni siquiera la sombra del pretexto que podrá velar sus crímenes, ahoga, en nombre de la fuerza, las opiniones, ultraja los más respetables, los más íntimos sentimientos y viola hasta los menores derechos. Flagelad a estos magistrados que guardan para los grandes y los ricos toda su indulgencia y consideración y para los humildes y oscuros toda su rudeza, su grosería y su rigor. Marcad con hierro candente la frente de estos brillantes guerreros que ventilan la vida y el honor de los pueblos en los campos de batalla.

Pintores, reanimad con vuestro talento y vuestro corazón el recuerdo de las grandes rebeldías. Pintad los eternos esclavos trémulos de venganza y de cólera amarrados a cadenas que vanamente quisieran romper y que han de sacudir el mundo.

Poetas y músicos, lanzad las vibrantes estrofas que despierten en el alma de los humildes la impaciencia de su servidumbre y, en las horas demasiado frecuentes de desaliento, reavivad el ardor de los fuertes.

Sabios, poned vuestro al servicio de los débiles. Esta es, meditadlo bien, la obra que verdaderamente urge. La palabra inflamada del orador, el violento apóstrofe del satírico, el canto de guerra del músico, deben ser también nuestras armas, y sin olvidar no desdeñar otras, de ellas esperamos más que de las balas forjadas por nuestros valerosos mártires. 19

Colectivo Contrainformativo Sub*Versión

1La cita hace parte de la obra de Vargas Vila Diário secretoy fue tomada textualmente del libro José María Vargas Vila: Insumisión, anarquía, herejíadel profesor Amadeo Clavijo.

2Ver al respecto: RESZLER,André. La estética anarquista. Fondo Cultura Económica. México. (1974)

3Citado que hace parte de la obra de Proudhon Del principio del arte y su destino socialtomada del textoLa estética anarquista de Reszler.

4Ver al respecto: RESZLER,André. La estética….

5Ver al respecto: RESZLER,André. La estética….

6RESLEZER,André.a estética anarquista. Fondo Cultura Económica. México. (1974). P 43.

7Ver al respecto: RESZLER,André. La estética….

8RESLEZER,André.a estética anarquista. Fondo Cultura Económica. México. (1974). P 56.

9Ver al respecto: RESZLER,André. La estética….

10Ver al respecto: RESZLER,André. La estética….

11Ver al respecto: PELLOUTIER,Fernando. El arte y la rebeldía.

12PELLOUTIER,Fernando. El arte y la rebeldía.

13Ver al respecto: CLAVIJO, Amadeo. José María Vargas Vila: Insumisión, anarquía, herejía. Fondo editorial Periferia. Medellín, Colombia. (2014)

14Palabras de Jesús M.Ruano citadas en : ESCOBAR,Arturo. El Divino Vargas Vila. Ensayo biográfico. P 31.

15Fragmento extraído de la obra de Vargas Vila “Rosas de la tarde” Citado textualmente en : CLAVIJO, Amadeo. José María Vargas Vila: Insumisión, anarquía, herejía. Fondo editorial Periferia. Medellín, Colombia. (2014)

16 ESCOBAR,Arturo. El Divino Vargas Vila. Ensayo biográfico. P 102.

17Ibid, P 183.

18Ver al respecto: CLAVIJO, Amadeo. José María Vargas Vila: Insumisión, anarquía, herejía. Fondo editorial Periferia. Medellín, Colombia. (2014)

19Ver al respecto: PELLOUTIER,Fernando. El arte y la rebeldía.

¡A conspirar se dijo!

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conspi

 

En la  historia colombiana, son muchas las formas en las que poblaciones oprimidas han luchado y resistido a sus opresores gracias a la necesidad de defenderse como grupo o comunidad, de tal manera que  conspirar aparece como imperativo para cambiar el orden actual de las cosas. Tal es el caso, en un primer momento, de las resistencias  de los indígenas nativos hacia los españoles, que luchando contra la imposición de una cultura genocida dieron ejemplo de dignidad y respeto por sus ancestros como seres sentipensantes que aportaban al bienestar de sus comunidades. Fue así como el conocido cacique de los muiscas Tundama, en resistencia a la imposición del dominio español y en nombre de sus antepasados asesinados, organiza diversos grupos para conspirar y realizar enfrentamientos en los que la dignidad indígena se hondeaba como bandera, y que hasta nuestros días, es y debe seguir siendo uno de los referentes históricos de resistencia y defensa de lo propio en nuestro territorio. De igual forma, los enfrentamientos de los esclavos negros hacia los esclavistas que injustamente mutilaban sus vidas, no dejaron más remedio que organizarse y conspirar para quemar las haciendas y huir hacia territorios desconocidos donde  fundaron  los  conocidos “palenques” como comunidades libres[1] en las montañas del Caribe principalmente.

La Revuelta de los comuneros en 1781 hacia la ley española inicia en el territorio de Socorro, Santander donde los campesinos levantaron su voz contra las injustas medidas comerciales impuestas por el virrey, que trajo consigo la unidad de campesinos de varios puntos del país que aunque no exigían el cambio del sistema político, se convirtieron en un referente de insurrección y resistencia. Años más tarde, las huelgas obreras frente a la empresa bananera United Fruit Company [2] organizadas e impulsadas por anarcosindicalistas,comunistas e individualidades, que exigían mejoras en sus condiciones paupérrimas de trabajo y salud a los que estaban expuestos dentro de los enclaves bananeros en la costa Caribe colombiana, produjo a raíz de este poder conspirativo de los trabajadores una de las más cruentas masacres conocidas por estas tierras, denominada como la Masacre de las Bananeras, perpetrada por el ejército colombiano en Ciénaga, Magdalena a orden del gobierno del conservador Miguel Abadía Mendez y como respuesta a la tradicional y arrodillada relación con los Estados Unidos; por tal motivo, las diferentes expresiones estudiantiles a lo largo y ancho del país no dudaron en lanzar su voz de protesta ante este grotesco acontecimiento, quienes sin duda alguno tuvieron que pagar con sus vidas una cuota más de injusticia e impunidad.

Todas estas manifestaciones  no son producto del azar ni muchos menos, por el contrario,  son legítimas respuestas a las condiciones de explotación a las  que generaciones de colombianos han sido obligados a vivir producto de imperio del capitalismo y el mercado. No obstante,  son al mismo tiempo el resultado de la creatividad y el ingenio de unas o muchas personas que en un momento determinado pasaron de la contemplación a la acción contra aquello que les oprimía, esto es, lo que solemos llamar la práctica del “conspire”.

Esta vocación en un sentido simple estaría sustentada en la actividad de conspirar, en idear aquellos planes para generar alguna acción determinada. Sin embargo, esta simple acepción le despoja de su potencial, puesto que, difumina sus cualidades  y determinaciones que le hacen vinculante a prácticas sociales y materiales. Por todo ello, consideramos  necesario desglosar algunas de estas cualidades y determinaciones que nos permitan ver por qué es importante esta vocación de “conspire”.

ANALIZAR PARA ACTUAR.

No es extraño que en algún momento en los diferentes procesos que se han dado en el país hayamos escuchado alguna idea o acción que a la postre ha resultado  equívoca,  igualmente, es frecuente que hayamos sido nosotros quienes planteásemos  una acción insuficiente o contraria para transformar una situación determinada, y en ese sentido, en vez de resolver una adversidad se termina  generando más dificultades que soluciones para el proceso; esto debido a una mala lectura, un análisis simple o equivocado de la situación que se está viviendo.

Por este motivo podemos decir que el acto de conspirar no puede partir de la mera especulación, de los análisis simples que llevados algunas veces por la pasión de la coyuntura u otras veces  por el anquilosamiento de las prácticas: hacer lo mismo frente a todos los procesos, sin tener en cuenta el movimiento y los cambios que se presentan, dando por hecho prácticas “infalibles” para cada situación, constituye un error garrafal para los procesos en resistencia, cuestión que aunque obvia, resulta totalmente pertinente si tenemos en cuenta nuestro extensísimo historial de desaciertos.

Para lograr generar acciones congruentes con el momento debemos partir de un análisis concreto, es decir, un análisis que tenga en cuenta el mayor número de aspectos que estén presentes  en la situación en la que nos encontramos, como lo son la situación material, el contexto histórico, la correlación de fuerzas, etc.

Claro está, esta actividad de analizar no se debe ser una mera práctica “académica”,  es necesario ir más allá,  debe ser una herramienta de lucha que nutra aquellas acciones e ideas  que acumulen al proceso que se esté desarrollando, es decir, requiere de  acciones concretas.

LA SOLIDARIDAD, NUESTRA ARMA MÁS FUERTE.

“Las masas oprimidas, que nunca han estado, ni pueden estar, completamente resignadas a la opresión y a la miseria, y hoy menos que nunca, se muestran ávidas de justicia, de libertad, de bienestar y comienzan a comprender que sólo es posible emanciparse por medio de la unión, por medio de la solidaridad con todos los oprimidos, con todos los explotados del mundo entero”[3]

Retomando las palabras del  aún vigente Malatesta, y a sabiendas de la historia sobre los movimientos, revueltas y revoluciones que han existido en los últimos dos siglos, podemos decir que todos estos procesos no suceden ni de la noche a la mañana, ni son hechos por una sola persona o grupo, más bien ha sido la asociación ya sea espontánea o “formal” la que ha permitido estos procesos, siempre con una práctica especifica que les ha permitido fortalecer la constancia más allá de los intereses comunes, en otras palabras, incentiva a vivir en solidaridad.

Así pues, es necesario traer a colación a Marx en referencia al espíritu y la solidaridad cuando señala que: “es evidente (…) que la verdadera riqueza del espíritu del individuo depende totalmente de la riqueza de sus relaciones reales[4]. A partir de lo anterior, se hace  manifiesto que son las relaciones y  más específicamente a lo  que nos atañe a este escrito, las relaciones de solidaridad, las que permiten la riqueza de un espíritu y practica conspiradora.

Así, la solidaridad es el vínculo que nos permite ya sea por medio de colectivos, organizaciones, movimientos, coyunturas, etc., dar rienda suelta a este espíritu de conspiración; mediante el diálogo, el debate, la discusión, la confrontación de ideas y propuestas, es posible llegar a plantear nuestras formas más efectivas de acción.

Debemos reconocer y aprender que las personas que ostentan el poder sobre el mundo y todo su aparataje que les ayudamantenerlo,  también conspiran y aprenden de la historia y de sus fracasos, que si bien no podemos afirmar que se guíen por un sentido de solidaridad, de lo que si estamos seguros es que a diario se reúnen para discutir cómo pueden aumentar las ganancias, es decir, cómo jodernos más la vida, en esto nos llevan años luz.

 Por este motivo no podemos desconocer este ejercicio de reunión, discusión  y la conspiración entre varias individualidades y/o colectividades que puede brindar un fruto mayor a la hora de plantear propuestas que nos permita avanzar contra aquellas personas que quieren perpetuar el imperio del mercado, pues será la libre opinión y la discusión permanente condiciones inexorables para  potenciar el análisis y la creatividad de nuestras compañeras en clave de hacer de las ideas prácticas transformadoras.

Es verdad que  a partir de la solidaridad  podemos conspirar de una manera más compleja y fructuosa, pero también, es la práctica de conspirar la que en muchos casos permite esos lazos de solidaridad, pues como ya mencionamos, los procesos no nacen de una sola personas sino de varias, de esta manera, el acto en sí de conspirar en torno a una “causa” genera  en las personas la necesidad de asociación, camaradería y apoyo mutuo. No es extraño que en muchos casos recurramos a nuestras compañeras o allegadas con alguna idea para debatirla y ponerla en marcha, o al revés, que  en algún momento se acerquen a nosotras con alguna idea que deba ser escuchada y discutida, son esos momentos los que deben ser aprovechados sin chistar.

¿Y LA CREATIVIDAD?

Muchas veces se ha criticado a la “izquierda” por sus prácticas  conservadoras, podemos escuchar a nuestro alrededor preguntas o frases como: “¿otra vez en asamblea?” “Nunca logran nada marchando”  “ese discurso radical esta pasado de moda” “¿Por qué no hacen algo novedoso?” y hemos de aceptarlo, muchas veces tienen la razón; Y no se nos malentienda, este tipo de escenarios creemos que siguen siendo totalmente necesarios, pero debemos reconocer que en repetidas oportunidades les hemos reducido a un mar de parsimonia en la que escasea la creatividad anquilosándonos en nuestras prácticas autoreferenciales. Estas deben permanecer en esencia, pero transformarse en lo concreto. Así como lo hacen los defensores del capital, nosotros también debemos aprender de la historia y ver que el devenir histórico exige que se estén renovando nuestras formas de acción, nuestro análisis de la situación y también exige que hagamos un uso exhausto de nuestra creatividad.

Por este motivo es necesario que tengamos un espíritu conspirador, pero no aquel que solo remasterice las viejas prácticas, sino que haciendo uso de la creatividad  pero también del análisis y la solidaridad, sea capaz de crear novedosas formas de acción y  propaganda  que  permita llevar la lucha hasta las personas de a pie, que permita que a los procesos se unan cada vez personas  y sean procesos más grandes y fuertese logre generar aquellas maniobras para atacar y confrontar al capital y a quienes nos oprimen. Este tendrá que ser el sendero para la victoria.

LA PRAXIS

Aunque en ninguno de los párrafos anteriores nos hemos alejado de la práctica como fundamento para generar, enriquecer y mantener el espíritu conspirador, es necesario unas cuantas palabras para dejar claro lo relevante de la praxis.

Como ya sabemos el espíritu solo puede realizarse en cuanto es producto de las acciones de la realidad  material. Entonces es necesario, para que podamos mantener un espíritu de conspiración activo, una constancia permanente en articularnos que se exprese  en cada uno de los escenarios en los que estamos inmersos. En concordancia, que se exprese tanto en el barrio como en el trabajo, en la universidad como en la taberna, con nuestra familia, parejas y amigos.

Debemos mantener una reflexión constante frente a los problemas que nos rodean, y generar para cada situación una forma de organización entre las personas que permita empezar a realizar actividades que lleven a una lucha específica, pero a la par, debemos encontrar las formas en que estas luchas específicas se puedan articular y originar procesos más grandes. Se trata entonces de entrelazar lo micro con lo macro.

Por otra parte, es necesario también mantener una reflexión constante  hacia nuestras prácticas y formas de actuar, pues el espíritu necesita la autocrítica para renovarse a sí mismo, estar abierto a la posibilidad de reflexión de sus diferentes cualidades y determinaciones, podríamos decir que ejercer una conspiración hacia sí mismo pues nuestras prácticas no están exentas de caer en los vicios del mundo, y es imperativo deshacernos de esos vicios para poder ejercer  una práctica más radical y coherente.

Es claro que esta práctica conspiradora debe empezar por sí mismo, para extenderse colectivamente,s decir debe crecer individualmente para convertirse en colectiva, así que el compromiso y la voluntad son fundamentales para lograr extender este espíritu, pues si no existe la voluntad para mantener esa reflexión constante y esas reuniones con nuestras compañeras de lucha,  no será posible conspirar de una manera que nos permita alcanzar nuestros objetivos, pues no solo será necesario este compromiso y voluntad  para la conspiración sino para todos los aspectos de la lucha.

Es importante tener muy en cuenta la voluntad, pues dentro de nuestro contexto permeado  de toda la campaña de terror que ha mantenido el Estado colombiano para deshacer cualquier disidencia, estamos sufriendo de una enajenación de las prácticas anticapitalistas, antiautoritarias, radicales, etc., nos hemos alejado algunas veces por miedo, otras muchas por apatía  de la responsabilidad y  práctica revolucionaria. En ese sentido es menester que tengamos una voluntad férrea para poder recrear  y nuevamente tomar una postura reflexiva, critica y contestataria en los tiempos en que vivimos.

 

CREAR UN MUNDO NUEVO                                                                     

Como es obvio este espíritu conspirador tiene un fin, según la especificidad de cada lucha tendrá un fin inmediato que responda a las necesidades que se presenten, porque conspirar no solo se reduce a acciones de ataque hacia el enemigo, sino también a acciones de propaganda, de reflexión, de autocrítica, etc., es mediante la conspiración que se pueden generar los espacios  y procesos que sean necesarios. ¿Porque no, conspirar sobre la formación de un colectivo barrial, sobre un debate en torno a una problemática dentro de nuestro trabajo,  generar un mitin en las universidades?  Son muchas las formas en que se puede ejercer esta práctica y allí es donde la inventiva tiene que hacer gala de su astucia.

La conspiración si bien puede responder a las situaciones y contextos específicos, también debe ser una parte fundamental en la lucha contra el capital, el patriarcado,  el especismo y como no, contra el Estado. Debe dotarse de un sentido radical, aprender de la historia y proponer lo necesario para nuestros objetivos, y por último, debe ser también una herramienta necesaria para construir desde la cotidianidad y nuestros lugares de inserción el mundo nuevo que tenemos en nuestros corazones. Es seguro que a partir de la conspiración  con nuestras compañeras pueden surgir ideas  que permitan ir generando los caminos suficientes que nos lleven a esa utopía que queremos.

¿Y entonces que hay pa´ hacer?, Diría la banda de punk ¡ Todo por hacer! . Así que: ¡A conspirar se dijo!.

Colectivo Contrainformativo Sub*Versión

[1] Una historia del anarquismo en Colombia- crónicas de utopía. 2000

[2] http://www.lafulminante.com/articulos/30890857-Gente-muy-rebelde-1-Renan-Vega-Cantor.pdf

[3] http://www.enxarxa.com/biblioteca/MALATESTA%20La%20anarquia.pdf

[4] https://teoriaevolutiva.files.wordpress.com/2013/10/marx-k-la-ideologc3ada-alemana.pdf

Crisis Arijuna* del Pueblo Wayuu

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«…la expansión de la frontera… convirtió a la región en tierra de guerra por las fricciones entre indios y españoles, entre las distintas parcialidades constreñidas en el uso ancestral de las tierras, y entre estos grupos y aquellos que habían sido sometidos a servidumbre. En el ánimo de los nativos estaba considerar enemigos irreconciliables a todos los que habían tenido relación con los españoles, a quienes no perdonaban, solicitando siempre venganza, sin olvidarla; y cuando la conseguían, su mayor triunfo lo manifestaban quemando sus poblaciones, quizás como un símbolo que borrase la existencia de la traición tangible. Por eso en cada alzamiento.., ningún español podía atravesar sus vecindades sin encontrar la muerte; los indios de servicio formaban parte del grupo enemigo, por lo tanto no existía diferencia entre ellos.”

El análisis que hacen los medios tradicionales enviados por los grandes intereses del capital nacional, se centra en mostrar una Guajira sitiada por la sequía, la politiquería, el desarrollo de clanes políticos hegemónicos y un machismo bastante exacerbado. Es claro que todas estas son situaciones que efectivamente se presentan en la Guajira en estos momentos, pero, debemos hacer el esfuerzo de hacer un análisis más exhaustivo que dirija la atención al porqué de esta situación.

Por ello, trataremos de contextualizar un poco más la situación de crisis de un territorio con unas condiciones de supervivencia muy duras, que albergaba a una cantidad de pueblos indígenas entre los que se encontraban los Guajiro, Calancala, Macurias, Eneal, Arubas, Aliles, Sapara, Atanare, Toa y Cocina… Pueblos que supieron resistir a las guerras entre tribus, y que además, lograron resistir de manera parcializada a embates foráneos que datan desde el siglo XVI, pero que con el advenimiento de las nacientes repúblicas de Venezuela y Colombia, fueron desplazados a las tierras que hoy habitan. Por ello en la actualidad, gracias al efecto del calentamiento global, y peor aún, gracias a la codicia de la civilización occidental estos pobladores sufren las consecuencias del exterminio de su pueblo.

Sin embargo, este artículo no pretende adscribirse a la idealizada concepción que se promueve en diferentes espacios sobre el mundo del pueblo Wayuu, pero sí, en hacer hincapié en la responsabilidad de la actual crisis –que es la de siempre- a los Estados de Colombia y Venezuela.

El pueblo Wayuu es uno de los pueblos Arawak que cuenta con aproximadamente 600.000 pobladoras en la parte alta de la península de la Guajira, su economía se basaba en la caza, la pesca, y posteriormente el pastoreo de bovinos. Ubicados estratégicamente lograron desarrollar nociones frente al comercio que se abría en el siglo XVI con la llegada de algunos españoles, piratas y comerciantes del resto de Europa y sus propios Clanes.

Desde el principio lograron adaptar las experiencias políticas y culturales que desde distintos actores se les presentaban, gracias a su cepa luchadora, lograron adaptarlas para afinar su estrategia de resistencia –violenta o no- contra los navegantes que venían en busca de “Un Nuevo Mundo”. De allí aprendieron la ganadería, el comercio, la horticultura, nuevas técnicas de agricultura y el tan mentado Contrabando.

Su concepción del territorio les permitió confederarse con otros pueblos originarios para resistir frente al invasor, enfrentándose a los españoles por la necesidad de conseguir tierra y mano de obra barata. A partir de este bagaje, posteriormente en el Siglo XVIII, sostuvieron treinta años de enfrentamientos entre 1760 y 1790 contra los sucesivos gobiernos Coloniales que desde España eran enviados a “pacificar” estos territorios.[1] De ahí que “Los Guajiros” tomaran su fama de guerreros.

Con el tiempo y mejores territorios por colonizar, los españoles fueron “conviviendo” con la postura de no sometimiento de estos pueblos, hasta que las propias condiciones incidieron en ir mermando la resistencia del pueblo guajiro cuando la ganadería se volvió más extensiva y las fincas ganaderas de Valledupar y Sinamaica fueron arrinconándolos cada vez más. Además de ello, es importante resaltar el mestizaje que se produjo con otros pueblos rebeldes como los cimarrones, donde convergieron dos concepciones distintas pero afines para resistir al usurpador. Estas situaciones conllevaron igualmente al eventual fraccionamiento del territorio y su equilibrio, cuando los wayuu se enfrentaban por zonas estratégicas comercial y ambientalmente de la península.

En esa medida, cabe resaltar que este pueblo actualmente es producto de las dinámicas comerciales y mercantiles con las que fueron lentamente sometidos en su propio entorno: la actividad de la ganadería y el comercio sufrieron una gran demanda con sucesos como la construcción del canal de Panamá, o la guerra Hispano-Cubana, que lograron romper el equilibrio que durante siglos habían intentado conservar.

Y prueba de ello fueron las grandes migraciones laborales que se percibían hacía las grandes urbes cercanas, consolidando un modelo de organización territorial que arrojaba las ancestrales rancherías cada vez más cerca de las grandes urbes. Se puede decir con esto fueron arrojados a convertirse en los cinturones de miseria de los grandes territorios de intercambio de productos y servicios.

El evento que tal vez se pueda reconocer como la rendición de los pueblos guerreros ante la economía de mercado fue el periodo de alianzas que se dieron entre estos pueblos y los Estados Venezolano y Colombiano, dejando atrás siglos de luchas por su identidad y su autonomía, acoplándose a las dinámicas de un Estado benefactor, que les prometió facilidades y beneficios, como lo hizo el General Rojas Pinilla –Dictador Colombiano- que en los años 50, les prometió molinos de viento para extraer el agua del subsuelo.

Ahora en estos momentos nos encontramos con el punto de una historia que desde el principio apuntaba a este desenlace, un Estado que prometió beneficios a cambio de autonomía, un Estado que comenzó a feriar sus tierras porque eran más productivas en la extracción de minerales y gases que mantener un pueblo originario con sus tradiciones intactas, un Estado que cada tanto se escandaliza y logra hacerlo con los televidentes a partir de informes y especiales sensacionalistas que muestran cómo durante décadas se roban la plata de la salud –que el mismo Estado prometió-Un Estado que gracias a su funcionamiento arrinconó a estos pueblos valientes que resistieron al doblegamiento promovido por el imperio español, pero que desafortunadamente, si logró domesticar la rebeldía y autonomía de un pueblo que durante siglos ha logrado adaptarse a las condiciones más adversas. Por todo esto, la mencionada crisis en la península de la Guajira, no es una crisis del pueblo Wayuu, realmente tenemos que hablar de una crisis Arijuna, una crisis del hombre que no respeto la forma de ser y concebir el mundo del pueblo Wayuu.

*Arijuna= Persona extraña, posible enemigo, conquistador, que no respeta las normas Wayuu.

[1]http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/geograf2/wayuu3.htm