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Liberación de la Madre Tierra en Cajibio, Cauca

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Nuevo punto de Liberación de la Madre Tierra en Cajibio, Cauca

Desde horas de la madrugada del 30 de julio, comuneras y comuneros de la comunidad Nasa y Misak se encuentran liberando cientos de hectáreas destinadas al monocultivo del pino y eucalipto de la multinacional Smurfit Kappa Cartón Colombia, la cual tiene sus plantaciones en el norte del Cauca, en el municipio de Cajibio.

Las comunidades se encuentran resistiendo pese a la persecución y ataque permanente de la Fuerza Pública y grupos armados no identificados.

¡Liberar la tierra para recuperarlo todo!

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La paz más cerca del capital, más lejos de los pueblos

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La desarmonización en los territorios ancestrales y sagrados de las comunidades étnicas no ha cesado; ahora, en plenos diálogos-acuerdos entre las insurgencias y el Gobierno Nacional sobre un eventual fin del conflicto armado, la bota militar y paramilitar se ha asentado con un gran poder de sangre y muerte en aquellas tierras.

En los últimos meses, en el Cauca, y en general en municipios y ciudades del país, la ofensiva paramilitar –ojo, no BACRIM o bandas delincuenciales- ha hecho resurgir un dominio de terror entre los habitantes rurales y urbanos de estos territorios. Las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, las Águilas Negras y otros grupos no identificados han retomado fuerza y capacidad militar en territorios estratégicos para sus acciones cobardes y terroristas. El paramilitarismo está atacando, igual que el Uribismo, cabe preguntar: ¿Casualidad? o ¿Combinación de todas las formas de lucha?

De este modo el movimiento social, la población en general (estudiantes, trabajadoras/es, afrodescendientes, campesinas/os, indígenas, personas de a pie) estamos resistiendo a la ofensiva que se está llevando a cabo con amenazas, hostigamientos, paros armados y atentados. Paros armados en donde la ultraderecha tiene dominio militar: El Urabá Antioqueño, zonas del Magdalena Medio, y que además de ello, allí están asentados grandes emporios económicos,  multinacionales o terratenientes, de nuevo cabe preguntarnos: ¿Casualidad?

¿Es casualidad que en tiempos de una posible desmovilización de las insurgencias del país aparezca como un monstruo el brazo armado de la ultraderecha?

En lo que va corrido del año 2016 han asesinado –preocupantemente- decenas de militantes de Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos y líderes comunales así como de organizaciones sociales indígenas, campesinas y afros.

En el Norte del Cauca, departamento aguerrido con presencia de las insurgencias gracias a sus condiciones geográficas y su configuración social, también han tomado posiciones los paramilitares –o eso parece- donde las comunidades indígenas  y en este caso la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN) en repetidas ocasiones han venido denunciando amenazas en su contra: El día 6 de Abril, seis personas armadas interceptaron a un líder indígena para notificarle su exilio obligado del pueblo, de lo contrario, lo asesinarán[1]. Así como también el coordinador de la guardia indígena está amenazado desde hace varios días.

En estos cuatro meses del presente año se ha incrementado en un 38%  -a comparación del año 2015- la violación de los Derechos Humanos a comuneros indígenas, por parte de la policía, ejército, ESMAD y grupos armados paramilitares. La violación a la jurisdicción especial indígena ha sido negada por la justicia ordinaria del Estado; irrespetando, discriminando e imponiendo la autoridad estatal; tal es el caso del líder indígena Feliciano Valencia en el 2014: En la minga social del 2008 en movilizaciones y protestas adelantadas por la comunidad indígena, el cabo del ejército Jairo Chaparral se infiltraría con el objetivo de montar un falso positivo judicial, donde señalarían que las protestas estaban apoyadas por la guerrilla. En su morral, se encontraría un radioteléfono, así como prendas de las fuerzas armadas colombianas. La justicia indígena y comunitaria declararía contra el militar 20 azotes y un baño con plantas medicinales para armonizarlo. Valiéndose de lo anterior, el Estado colombiano sentenció a 18 de años de cárcel a Feliciano por tan duro castigo al militar[2]. O el caso de los siete comuneros indígenas capturados por transportar palos de guadua en una camioneta, que según la policía el delito era destruir el medio ambiente[3]. No hay que saber más para darse cuenta del descaro y el racismo.

Pero la desarmonización no es solamente eso. La minería en sus territorios ha incrementado fuertemente, desangrando y perforando la Madre Tierra para la extracción de oro, lo que conlleva a un desequilibrio ambiental, social y cultural de grandes proporciones. Los cultivos ilícitos también han aumentado, con otra gran casualidad: Luego del posicionamiento de una base militar en las montañas cercanas a estos cultivos, la producción de coca y marihuana aumentó[4].

Lo anterior, expresado y denunciado frecuentemente en distintos espacios de confluencia política, social y cultural ha logrado llegar a muchos oídos, pero hace falta llegar a muchos más. Oídos dispuestos a escuchar para gritar, a ojos dispuestos a mirar para ver, a manos dispuestas a construir. Lo anterior, parece que para la insurgencia sentada en La Habana, no le ha quedado muy claro, en cuanto a la participación del movimiento indígena, campesino o afro. No se trata de cooptar, se trata de escuchar y llegar a la anhelada Unidad.

El 23 de febrero pasado, las comunidades del Cauca se encontraron para analizar el encuentro de los actores del conflicto que lleva más de 4 años. A partir de cuatro preguntas se analizó la situación. Una de estas preguntas fue:

¿Cómo incidir para que la mesa de negociaciones de paz en la Habana – Cuba, garantice el diálogo con los pueblos indígenas? La respuesta que dieron los participantes fue muy  concreta, señalaron  que la propuesta que dieron algunos líderes de incidir en la mesas de negociaciones de paz entre el gobierno y la guerrilla de las FARC sonaba de forma interesada, porque no es posible  participar en estos diálogos sin tener propuestas que sean construidas de forma consulta y por las bases, en este sentido es mejor exigir a los actores armados y el capital transnacional  que respeten los  territorios en vez de incidir en la mesa que no aborda la crisis del sistema capitalista[5].

La propuesta de paz que desde el Norte del Cauca y en general las comunidades étnicas siempre han demandado para su pervivencia y armonía se construyen a partir de demandas ancestrales y comunitarias bajo lógicas de democracia directa en asambleas amplias: Los derechos territoriales de los pueblos indígenas, el fortalecimiento del gobierno propio, garantías para desarrollar la autonomía. Demandas que el propio Manuel Quintín Lame las iba tejiendo en las insurrecciones de principios del siglo XX para que en 1971 se conformara el Congreso Regional Indígena del Cauca, donde su lucha ha sido por la pervivencia y la paz; la unidad, tierra, cultura y autonomía.

Para la última semana de Mayo, se está organizando una gran movilización desde los territorios ancestrales, en la que pedirán al Gobierno Nacional el cumplimiento del 97% de lo pactado en el último paro nacional agrario. En esa medida de reivindicaciones y demandas, también se observará con ojos críticos el tema de la minería, la tenencia de la tierra, el paramilitarismo y la participación en la mesa de negociaciones.

Hay que recordar, que en Cuba con las FARC-EP, o en varios países del continente con el ELN, no se está ni se va a negociar el modelo económico ni el problema agrario en profundidad. Las insurgencias están condicionadas bajo sus banderas políticas, dejando a un lado las propuestas del grueso de los movimientos sociales de talante autónomo. Por todo lo anterior, hay que impulsar los principios de autonomía que se pueden encontrar en luchas sociales y étnicas, que más allá de lo que se pacte entre dos actores del conflicto, puedan llegar a dilucidar un horizonte de lucha donde los pueblos salgan del olvido y la muerte.

[1] Denuncia hecha el día 7 de Abril por la consejera de la ONIC en rueda de prensa con medios alternativos de comunicación.
[2] Ver al respecto:http://www.las2orillas.co/caso-feliciano-valencia-justicia-indigena-si-pero-cuando-conviene/
[3] http://www.nasaacin.org/informativo-nasaacin/nuestra-palabra-kueta-susuza-2013/8094-la-detenci%C3%B3n-de-siete-comuneros-del-resguardo-ind%C3%ADgena-de-sanfrancisco-es-otro-golpe-para-la-justicia-propia

[4] Denuncia hecha el día 7 de Abril por el gobernador de la ACIN, en rueda de prensa con medios alternativos de comunicación.
[5] Vera al respecto: http://www.nasaacin.org/nuestra-palabra/8078-%E2%80%9Cuna-cosa-es-lo-que-piensa-el-burro-y-otra-cosa-el-que-lo-arrea%E2%80%9D-comuneros-hablando-de-%E2%80%9Cincidir%E2%80%9D-en-la-mesa-de-negociaciones-de-paz-en-la-habana-cuba